
Lo que aquí nos interesa es que en un momento de gran agitación descubre un hechizo "para el consuelo del espíritu". Pero resulta que no es tal, sino una historia, tan entretenida que en algún momento se olvida de que está leyendo y la vive como si fuera real, exclamando al final: "Es la historia más preciosa que he leído jamás y que leeré en toda mi vida". Desgraciadamente, en cuanto la acaba no puede recordar nada de lo que ha leído y la magia del libro no le permite volver las hojas para leerla nuevamente. Sólo recuerda que hablaba de una copa y una espada y un árbol y una colina verde, nada más. "Jamás pudo recordarla; y desde aquel día, Lucy describe las buenas historias como relatos que le recuerdan la historia olvidada del libro del mago".
¿Por qué cuento esto? Porque creo que todos tenemos historias como esta historia olvidada del libro del mago, relatos que leímos, o más bien vivimos, y que han formado nuestro gusto literario e influido en nuestra personalidad. Son historias que hemos leído infinidad de veces (a nosotros la magia de esos libros nos lo permite) y a las que volvemos una y otra vez. La lectura y relectura de estas historias no hacen que pierdan con los años, sino al contrario, nos acercamos a ellas con la expectación de caminar sobre las huellas de nuestra lecturas anteriores, pero también con la emoción de descubrir un matiz, un detalle, un significado que hasta ahora había permanecido oculto, aguardando este momento. Y eso hace que cada lectura sea una aventura diferente y a la vez la misma en la que viajaremos o otro mundo y nos reencontraremos con amigos que nos esperan para volver a vivir las nuevas aventuras de siempre.
Llegar a descubrir cuáles son estas historias es una tarea ardua y una nunca queda completamente satisfecha del resultado definitivo. Tiene la sensación que falta alguna (la Gran Historia, que es siempre la que está por leer) o de que quizá las elegidas no sean las más representativas. En mi caso, detallaré a continuación (en orden cronológico de lectura, el orden de preferencia sería casi imposible) una lista de diez libros. He de decir que hay tres de ellas que me tienen en duda; realmente las he escogido como muestra de un autor más que como obras en sí mismas, porque me resulta muy difícil destacar una obra del mismo autor sobre otra. Las otras siete son incontestables.
Ahí van:
1. Las aventuras de Tom Sawyer de Mark Twain.
2. Mujercitas de Louisa May Alcott.
3. La pequeña Dorrit de Charles Dickens.
4. La vuelta al mundo en 80 días de Julio Verne.
5. Los tres mosqueteros de Alejandro Dumas.
6. Jane Eyre de Charlotte Brontë.
7. El adversario secreto de Agatha Christie.
8. El Señor de los Anillos de J.R.R. Tolkien.
9. Las Crónicas de Narnia de C.S. Lewis.
10. El hombre vivo de G.K. Chesterton.
- Habla, querida mía.
- ¿Podré volver a leer alguna vez aquella historia, la que no pude recordar? Dime que sí, Aslan, por favor. O mejor, ¡cuéntamela tú!
- Claro que sí, te la contaré durante años y años."
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ResponderEliminarCoincido contigo en varios de ellos. Todos me gustan bastante, excepto "Las crónicas de Narnia", que no he leído. Cuando quieras quedamos para pintar una valla, je, je.
ResponderEliminarLo siento, pero no tienes el poder de convencimiento de Tom Sawyer ;-)
EliminarLa verdad es que de ésta lista coincidiría sólo en uno (que de todas formas no he incluido): Tom Sawyer, que disfruté mucho hace bastantes años.
ResponderEliminarSí, ya sé que en gustos literarios no coincidimos demasiado...
EliminarPero para gustos se hicieron colores :-)
Por supuesto...Que conste que algunos de los de vuestras listas no los conozco; a lo mejor podrían gustarme.
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