viernes, 18 de enero de 2013

Bajo el ala aleve del leve abanico

Margarita, está linda la mar
y el viento
lleva esencia sutil de azahar;
yo siento
en el alma una alondra cantar;
tu acento:
Margarita, te voy a contar
un cuento:

Tal día como hoy, el 18 de enero de 1867, nació Rubén Darío. Quiero unirme al homenaje de Google (precioso y delicado como su poesía y, por supuesto, azul) al poeta que me enseñó la palabra "ebúrneo", que me hechizó con sus poemas de princesas de fresa y azahar y me llenó de vértigo por el espanto seguro de estar mañana muerto.

Así que este es mi pequeño recuerdo con un verso, una perla, una pluma y una flor. Y guardo un gentil pensamiento al que un día me quiso contar un cuento.

domingo, 13 de enero de 2013

LA ISLA DE LOS CAZADORES DE PÁJAROS


La isla de los cazadores de pájaros, del escocés Peter May, es la primera novela de una trilogía ubicada en la isla de Lewis (una de las islas Hébridas de Escocia). El relato, que se podría calificar como novela negra, es protagonizado por un policía, Fin Macleod, que está atravesando una difícil situación personal. Después de haber pasado algún tiempo de baja, se reincorpora al trabajo para investigar un asesinato que le hace regresar, después de 18 años, a su pueblo natal. Este viaje, apoyado en la trama externa policial, es al mismo un viaje interior, una vuelta a un pasado enterrado en la memoria que poco a poco irá resurgiendo, al tiempo que Fin se va reencontrando con algunas de personas que marcaron su infancia y adolescencia.

Realmente, creo que este relato es mucho más que una novela policial, pues lo más interesante no es la búsqueda de pistas para la resolución del caso, sino la recreación de una determinada atmósfera, opresiva y asfixiante, así como la profundización en la psicología del protagonista y el desarrollo de otra historia, de índole personal, que hunde sus raíces en ese pasado que poco a poco se irá desvelando a los ojos del lector. Esta trama se va apoderando progresivamente del relato y, aunque está estrechamente intrincada con el caso, es la que realmente acaba siendo el centro de la novela.

El autor, que trabajó anteriormente como periodista y guionista, juega hábilmente con la mezcla entre diferentes voces y planos temporales: los hechos presentes, relatados por un narrador externo, se van entrelazando con fragmentos de un pasado rememorado y contando por la voz del protagonista, con una estructura que recuerda mucho la de ciertos relatos cinematográficos actuales. Desde el punto de vista narrativo, es importante el hecho de que todo -presente y pasado- se muestre desde la perspectiva de Fin, pues ello obliga al lector a percibir la historia desde una visión subjetiva e incompleta, tal como iremos comprobando en el curso del relato.

La obra, en  mi opinión, está muy bien escrita  y atrapa al lector desde el inicio, al tiempo que logra ir acrecentando la tensión y profundizar poco a poco en los conflictos internos de su protagonista. En suma, considero que es una lectura sumamente recomendable para los amantes de la novela negra actual y también para quienes disfrutan con los relatos psicológicos. 

viernes, 11 de enero de 2013

Páginas web de libros electrónicos gratuitos

Para los que tenemos Kindle, acaba de aparecer una nueva página donde se ofrece un listado, ordenado por temática, de todos los libros que Amazon da gratis; también se pueden consultar los agregados recientemente (esto es muy útil, teniendo en cuenta que a veces Amazon ofrece un libro gratuitamente durante dos o tres días para promocionarlo y si lo compras luego tienes que pagarlo). La página es http://www.freebooksifter.com y cuando pinchas en un libro, te remite a la página de Amazon. Parece un buen motor de búsqueda, pero ya os contaré cuando lo haya probado más.

Y aprovecho esta entrada para recomendar otra página donde se pueden encontrar libros electrónicos en diversos formatos y audiolibros sin derechos de autor: http://www.booksshouldbefree.com. La mayoría de los libros están en inglés, pero hay algunos en español, francés y alemán.

martes, 8 de enero de 2013

Eucatástrofe


“Fantasía es una tierra peligrosa, con trampas para los incautos y mazmorras para los temerarios. (…) Ancho, alto y profundo es el reino de los cuentos de hadas, y lleno todo él de cosas diversas: hay allí toda suerte de bestias y pájaros; mares sin riberas e incontables estrellas; belleza que embelesa y un peligro siempre presente; la alegría, lo mismo que la tristeza, son afiladas como espadas. Tal vez un hombre pueda sentirse dichoso de haber vagado por ese reino, pero su misma plenitud y condición arcana atan la lengua del viajero que desee describirlo. Y mientras está en él le resulta peligroso hacer demasiadas preguntas, no vaya a ser que las puertas se cierren y desaparezcan las llaves.”


El pasado 3 de enero, abrí Google con gran expectación, esperando encontrar uno de sus originales doodles que recordase que hacía 121 años venía a este mundo el creador de la Tierra Media, John Ronald Reuel Tolkien. Mi decepción al ver que no era así fue mayúscula, pero aún tengo esperanzas para el 25 de marzo (día mundial de Tolkien). Así que aquí va mi pequeño homenaje a uno de mis autores predilectos.
La verdad que llevo varios días con Tolkien en la cabeza, no sólo por el estreno de El hobbit: un viaje inesperado, sino porque estoy leyendo un ensayo suyo titulado “Sobre los cuentos de hadas” que tiene mucho que ver con las fiestas que acabamos de celebrar. Resulta curioso pensar que puede tener en común la Navidad con los cuentos de hadas y, sin embargo, sí tiene que ver.
En su ensayo Tolkien diserta sobre los orígenes de los cuentos de hadas, pero sobre todo refleja, en mi opinión, su pasión por los mitos y su propia filosofía de la fantasía y de la vida. En este ensayo afirma que uno de los valores de estos cuentos es el Consuelo del Final Feliz, que, como todo el mundo sabe, es como debe terminar todo cuento de hadas que se precie. A este final feliz, o “gozoso giro de los acontecimientos” Tolkien lo denomina eucatástrofe (del griego eu, que significa “bueno” y catástrofe, el nombre que recibía en la tragedia clásica el desenlace de la trama). Esta eucatástrofe es tanto más gozosa por lo inesperada, puesto que no se excluye la posibilidad de su contrario, la discatástrofe, es decir, el fracaso y la tristeza. Y al leerlo, nos atraviesa un atisbo de gozo, un anhelo del corazón que percibe un destello de la verdad subyacente en la historia; sería algo así como un eco en el mundo secundario (el de la subcreación o creación literaria) de la verdad en el mundo real o primario (el de la Creación). Desde esta perspectiva, el mejor relato, el más maravilloso, que abarca todas las historias de fantasía es una que comienza y acaba en gozo: la Gran Eucatástrofe de la Historia de la Humanidad, que no es otra que la Encarnación, el acontecimiento que une la Leyenda y la Historia, que hace al arte auténtico. Y es una historia que también acaba en gozo, puesto que, si la Encarnación es la eucatástrofe la historia del hombre, la Resurrección es la eucatástrofe de la historia de la Encarnación.
No sé si eso que acabo de escribir, que en gran medida es más bien un refrito de varias frases entresacadas, guarda algún sentido; en mi cabeza desde luego lo tiene, y es el mejor homenaje que he podido encontrar porque refleja por qué es Tolkien tan especial para mí.

martes, 1 de enero de 2013

El hombre tranquilo

Si me preguntasen qué palabras asocio a la película "El hombre tranquilo", serían música y color. Música, porque es una de las pocas películas cuya banda sonora podría reconocer sin dudar, unas melodías bucólicas, alegres y melancólicas a la vez como suele ser la música popular; y color porque el verde de los campos de Irlanda y el rojo del pelo de Maureen O'Hara son tan protagonistas de la película como los propios actores. Es un retrato de una Arcadia feliz, un paraíso rural en el que no hay nada que no se pueda solucionar con una buena riña, eso sí, sin que llegue la sangre al río. Cuando termino de verla nunca dejo de sentirme más feliz, optimista y contenta con el mundo que dos horas antes; es el mismo efecto que me producen las películas de Frank Capra.

Escribo esto porque, según aparece en un artículo de ABC, se acaba de publicar en español el libro del mismo título en el que se basó John Ford para el guión. Sería interesante leerlo y comprobar si está a la altura de la película.